La escultura se encuentra en el centro de una de las rotondas de entrada a la ciudad llegando por la carretera ME-1

La escultura de bronce , espectacular, presenta a un caballo menorquín  realizando una cabriola.

La rotonda y su caballo se han convertido en el punto de encuentro de celebración de los títulos deportivos de la ciudad y sus equipos de voleibol y futbol.

El caballo menorquín es una raza de caballo propia de la isla que tiene su origen en el caballo mallorquín y del caballo catalán, ya extinguido. El caballo menorquín también tiene un cruce con el caballo de pura sangre británico, y por esa razón el caballo puede adoptar esa pose galante. Es una raza que siempre ha sido apreciada, ya sea para el campo como para la equitación. Nunca ha estado en peligro real de extinción, ya que hace doscientos años que se utilizan en las fiestas de Sant Joan y fue reconocido como raza en el año 1988.. Actualmente, se encuentran contabilizados más de 3000 ejemplares .