MONUMENTO AL BATALLADOR
Autor:
José Bueno Gimeno
Año:
1925
Localización: Parque Grande
Materiales:
Piedra (gradas) Bronce (león) Mármol de Carrara (figura)
Otros Datos:
La idea de erigir un monumento a este rey surgió con motivo del octavo centenario de la reconquista de Zaragoza (1118) celebrado en 1918. José Bueno había presentado un boceto de estatua a caballo para ser fundida en bronce que hubiera sido el primer monumento ecuestre de Zaragoza. Fue rechazado por su alto coste y porque la Junta del Centenario acordó que sirviera de modelo el cuadro de Francisco Pradilla , existente en el Ayuntamiento. José Bueno empezó
a modelar en barro la gran escultura ayudado por Enrique Anel. La
reproducción en mármol se le encomendó al escultor italiano Gabriel
Bechini. La estatua no fue colocada hasta 1925. Dos años más tarde se
colocó el león, modelado por el comandante de Infantería Virgilio Garrán
y fundido en bronce en los talleres Averly. Está formado por un alto basamento, de planta rectangular, en piedra sillar, con una meseta en la parte de delante en la que se dispuso la estatua en bronce de un león rugiente. Sobre el basamento se yergue un grueso pilar cilíndrico , adornado con un friso de arquillos de medio punto. Este pedestal fue diseñado por el arquitecto Miguel Ángel Navarro, a modo de torreón medieval. La grandiosa estatua del rey Alfonso I el Batallador mide 6,50 metros de altura y está labrada en mármol de Carrara. El rey está de pie, apoyado con gesto gallardo en el mandoble. Sobre la cota de malla lleva un amplio vestido y un gran cinturón , decorado con motivos que imitan tejidos medievales y palmetas así como la vaina del espadón, en cuya parte alta hay un relieve de un soldado con escudo y lanza. José Bueno logra con este monumento una de sus obras más efectistas resultando una escultura gigantesca, realista y llamativa.
Fuentes informativas:
- ABAD ROMEU , Inventario de Bienes Histórico-Artísticos del Ayuntamiento de Zaragoza Zaragoza, 1995 pág. 175 - GARCÍA GUATAS, Manuel “Guía histórico-artística de Zaragoza” Zaragoza, 1982 pág. 321-322
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