La obra se localiza en  uno de los laterales de la Place Saint Barthélemy , una amplia plaza donde los turistas llegan para ver, en el interior de la iglesia cercana, uno de los siete tesoros artísticos de Bélgica, la “fuente bautismal” de época medieval.

Su autora es la escultura liegesa Mady Andrien y fue inaugurada en junio de 1992.

Emplazados sobre la cima de un plano inclinado ,se alzan  las siluetas de varios clérigos notables que  llevan mitras, y que, apoyados en altos palos, miran hacia abajo de la plaza Saint-Barthelemy.

Al pie de la rampa se desarrolla un popurrí popular con varios personajes, gente de pueblo. Curiosamente, los obispos son representados a mayor tamaño que las figuras representantes al pueblo  llano.

La obra puede tener distintos significados según fuentes consultadas: el valor simbólico del metal, el desafío de pequeños y grandes, la traducción a la vida del tema de David y Goliat,

Otras interpretaciones hablan del espíritu de Lieja,  de la vitalidad que sobrevive a las hermosa pruebas basadas en un valor que aún se esconde bajo la apariencia de una imprudencia un tanto rebelde. Y todo el mundo va a entender la obra a su manera. Pero probablemente sea un homenaje al pueblo y a su lucha por la libertad, sin olvidar la dualidad del carácter liegés: orgulloso en exceso y simplemente feliz.

La obra, con sus diez toneladas de acero esculpido y cortado, tres metros de altura y cuatro de ancho recuerda, en definitiva, que esta ciudad fue gobernada durante gran parte de su historia por los príncipes-obispos y la relación vivida durante esa época con el poder eclesiástico.

 En el pedestal leeemos en una placa:

“Les Principautaires pone en escena a unos notables eclesiásticos que contemplan de forma hierática la alegría del pueblo. Esta obra de acero ha sido realizada a iniciativa del grupo Cockeril Sambre para conmemorar el 175 Aniversario de la llegada de John Cockeril a tierra liejesa. Es también un homenaje  rendido a todos los trabajadores de nuestra siderurgia”

Agradecimientos: