La obra está situada en el interior del Centro Cultural Salvador Allende (antiguo Matadero Municipal) en uno de sus patios.

Refleja la interpretación que del grabado nº 59 de "Los caprichos de Goya" realizaron la sección abierta de los presos de la cárcel de Torrero. Al no existir suficiente espacio en dicho recinto, se optó por exponerla en el Centro Cultural Salvador Allende.

Bajo un plano inclinado de hormigón se representan cuatro  figuras de corte modernista frente al clasicismo de las fachadas que lo encierran. Una figura esquelética y desnuda se apoya contra una losa que pronto lo aplastará mientras que una vieja espera expectante dicho momento y las otras dos se agazapan en el suelo atemorizadas.

Toda la escena es de un gran realismo aunque actualmente las figuras están algo deterioradas por el paso del tiempo

La "enseñanza" que el pintor quiso transmitir sobre el aguafuerte es la siguiente:

"El que no reflexiona sobre la inestabilidad de la fortuna, duerme tranquilo, rodeado de peligros: no sabe evitar el daño que amenaza, ni hay desgracia que le sorprenda"

"Aún estando con el pie en la sepultura, se hallan tan encenegados en los vicios que no huyen de la losa de la muerte que va a caer sobre ellos, o no piensan en la enmienda"

El capricho nº 59 "¡ Y aún no se van! pudo llamarse originalmente "La trampa" y luego "Salga lo que saliere. La muerte es la trampa ineludible. Todos caeremos en ella y, guarde lo que guarde, pasaremos por ello. Siempre estarán ahí: la Muerte y los Muertos.

En la representación original de Goya, al igual que en la representada, la tragedia se cierne sobre los personajes. Hay algo trágico en las expresiones de desesperación de los rostros cadavéricos, al darse cuenta que están luchando en vano por un imposible. Es el símbolo más doloroso del esfuerzo impotente, el fragmento más sombrío de poesía que se haya producido nunca acerca del tema de los muertos.

- VALTECSA,  Inventario de los monumentos en la vía pública  Zaragoza, Ayuntamiento de Zaragoza, 2000