Para su sede nueva en Zaragoza, la O.N.C.E. (Organización Nacional de Ciegos Españoles) quiso hacerle un homenaje a una figura muy importante en su historia reciente: Antonio Vicente Mosquete, fallecido en un trágico accidente.

El monumento se localiza en una bocacalle de la céntrica calle Predicadores (muy cerca del Mercado Central) en una plaza peatonal donde se localiza la sede de la O.N.C.E.

La obra, pensada tanto para ciegos como videntes, contiene aspectos táctiles y visuales (hay dos textos escritos en braille así como el relieve del rostro del homenajeado) y refleja la integración del ciego y la O.N.C.E en la sociedad española.

Lamentablemente, lo hemos encontrado con destrozos en forma de grafittis ofensivos y muy estropeado, algo desgraciadamente muy común en nuestro patrimonio artístico público.

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