Comentario de la obra:

Soportújar es uno de los pueblos más bonitos de la Alpujarra granadina, comarca que fuera último bastión de los moriscos. En el último siglo, refugio de artistas, músicos, escritores provenientes de todos los lugares del planeta. No es un secreto que en este peculiar lugar al amparo del techo de la península, fluye una energía especial.

¿Por qué a los habitantes de Soportújar se les conoce como “los brujos”? La tradición se fundamenta en el origen gallego de sus ancestros, tras las repoblaciones acaecidas con la expulsión de los moriscos tras la Rebelión de las Alpujarras  en época de Felipe II. Se dice que en esta aldea se instalaron colonos del norte con costumbres y leyendas paganas: hablaban de meigas, aquelarres, de rituales en las noches oscuras, despertando el recelo de sus vecinos. Rumores cubiertos por un velo de secretismo bajo temores supersticiosos y, por supuesto, a la terrible Inquisición.

las brujas han sido rescatadas como la seña de identidad de un pueblo que ha transformado leyendas en reclamo turístico, ofreciendo un curioso itinerario entre cuevas, casas, fuentes y figuras de brujas que marcan la senda hasta la misma Era de los Aquelarres, lugar fascinante y misterioso. Esta es la excusa perfecta para descubrir una pintoresca villa de tinaos -arquitectura tradicional alpujarreña que consiste en pasadizos cubiertos-. De ahí su nombre: Soportújar, “lugar de soportales”. 

A la entrada del pueblo, junto al Barranco Caliente, nos sorprenderá la gran cabeza de una bruja dando la bienvenida a este municipio encantado: la de Baba Yaga, una malvada hechicera de la tradición eslava. Frente a la parroquia, dos brujas convertidas en piedra desafían las convenciones preparando en su caldero algún hechizo: el Mirador del Embrujo es sin duda uno de los imprescindibles que ver en Soportújar, centro neurálgico de cada festividad vinculada a estas protagonistas de escoba y sombrero. Quién sabe si al caer la noche, tal vez, cobren vida…

Soportújar es una sorpresa constante. Los personajes fantásticos, los elementos de ficción que salen de los sueños -o las pesadillas- van tomando los rincones del pueblo en esta ruta de la hechicería o rincones encantados que ver en Soportújar que parece no tener fin. La fuente del Dragón con propiedades mágicas. El pozo de los Deseos. Una gran serpiente que atraviesa los tinaos. La araña tejedora de sueños, fuente de sabiduría u oráculo y hasta la casa de Baba Yaga asentada sobre dos gigantescas patas de gallina, evidenciando que la bruja eslava se ha trasladado desde el norte de Europa buscando el sol del sur de Granada. Lugares que de noche, en el silencio, cobran más misterio que nunca.

Cada mes de agosto la fábula acontece y se convierte en el principal reclamo turístico de este pueblo, celebrando la Feria del Embrujo de Soportújar. Durante varios días, al caer la noche se apagan las luces, sumiendo al pueblo alpujarreño en la penumbra, tan sólo alumbrado por las llamas de las antorchas dispersadas por la plaza. Los tambores se acercan anunciando que es la hora del Aquelarre. Un desfile de diablos invade el pueblo. Fuego y música, máscaras y gorros puntiagudos se dan cita en una fiesta extravagante y divertida en el que todos los magos y brujas de la comarca están invitadas a participar.