CHORROJUMO

Granada (Andalucía)

 

 

Comentario de la obra:

La obra se localiza en el barrio del Albaicin a mano derecha de la Cuesta del Chapiz, en la Placeta del Peso de la Harina y fue realizada por el forjador Antonio Salazar en 1987, aunque fue colocada en el año 1995. La escultura homenajea a uno de los gitanos más conocidos de finales del siglo XIX, y que no es otro que Mariano Fernández “Chorrojumo”. El apodo, fruto de la contracción de “chorro de humo”, provenía de su oficio de herrero.

La  obra, realizada en latón martilleado. representa a Chorrojumo con semblante serio y mirando a la izquierda. Está vestido con camisa de chorreras, chalequillo gitano, fajín bajo, botas y sombrero de catite. El brazo izquierdo se encuentra flexionado, mientras, con la mano derecha sujeta una caña, símbolo de su patriarcado sobre el Sacromonte. La altura total de la escultura es de 4 metros y la figura de Chorrojumo mide 1,81 metros.

La escultura está colocada sobre un alto pedestal de piedra en el que hay varias placas diferentes en español y en otros idiomas como inglés, japonés, alemán italiano y francés.

La placa dice:

“Mariano Fernández (¿-1906) conocido como Chorrojumo, era una de las figuras mas castizas y conocidas de la Granada de la segunda mitad del XIX. Autocalificado como el “rey de los gitanos” representa la figura real del patriarca gitano, respetado por su autoridad y buen juicio cuando hay rencillas entre los clanes gitanos. Se ganaba la vida contando a los viajeros románticos historias sobre la Alhambra y dejándose fotografiar. También vendía postales con su retrato, vestido con atuendo tradicional como aquí se representa. Su figura se reproduce en diversas celebraciones populares, como la Tarasca que abre las fiestas del Corpus”

La  fama de este gitano  vino dada en gran medida gracias al célebre pintor Mariano Fortuny. En el viaje de novios que el artista hace a Granada, en 1868, junto a su esposa, en el Sacromonte queda encandilado al ver a tres gitanos cantar mientras golpeaban el yunque con sus martillos. Uno de ellos llamó su atención por su piel oscura y le pidió que posara con una vestimenta anacrónica, un traje de gitano goyesco. A este singular gitano le gustó tanto el disfraz que se autocalificó como el “rey de los gitanos”, y en este momento fue cuando nació el mito de Chorrojumo.

El trabajo en la fragua era muy fatigoso, por lo que Chorrojumo cambió la fragua por los alrededores de la Alhambra y se dedicó a ganarse la vida contando historias a los turistas. Buena parte de las descripciones que daba de la fortaleza granadina provenían del libro “Cuentos de la Alhambra” escrito por Washington Irving.

Chorrojumo también cobraba por hacer de modelo para fotógrafos y pintores. Tenía su propia tarjeta de visita donde decía, “Príncipe de los jitanos. Modelo de Fortuny”. Además vendía postales con su retrato, vestido con atuendo tradicional. Chorrojumo se hacía llamar, indistintamente, príncipe de los gitanos, rey de los gitanos y Señor de los bosques de la Alhambra.


 

Agradecimientos:

- El agradecimiento esta vez es doble para  Loli Vicente y Rosario Simón que me han enviado las imágenes de la obra.