Este monumento se halla en una plazuela, dentro del barrio de San Miguel, la zona flamenca por excelencia de la ciudad . A esta zona se la conoce como La Cruz Vieja, desde ella arrancan  calles de tanta solera como Pescadería. Inaugurado en marzo del año 2003 está realizado en bronce y  es obra del madrileño Víctor Ochoa Sierra.

La escultura es de gran tamaño,  mayor del natural, y  Lola se encuentra en uno de sus típicos gestos, a punto de “arrancarse” a bailar. La expresión de "La Faraona" queda lejana, ensombrecida por lo oscuro del bronce,

Dolores Flores Ruíz, más conocida por el nombre artístico de Lola Flores,  nació en la calle Sol, muy cerca de donde se erige su figura en bronce. Como todas las calles cercanas a la ermita de la Yedra, calles llenas de patios de vecinos que han acogido al pueblo de Jerez, al sector humilde, donde nació el quejío del flamenco.

Lola Flores desde muy pequeña recorría las tascas bailando saltando a la fama formando pareja con Manolo Caracol. No sabía cantar, no sabía recitar y casi no sabía bailar pero tenía un carácter, un coraje interior, una fuerza que no se ha vuelto a ver en ninguna otra bailaora. Ninguna ha llegado a su altura.

Fallecida  en Madrid en 199, a los ocho años de su muerte, se le ha levantado este  monumento en su ciudad natal, una obra que  no  ha gustado al pueblo llano y sencillo, que no identifican en ella a la inmortal Faraona