La Semana Santa de Antequera tiene una serie de elementos diferenciadores donde se entremezclan arte, historia, tradición y fe. Una figura central de las procesiones es el campanillero de lujo: niño o niña de no más de ocho años, perteneciente habitualmente a una familia de la cofradía, que luce una túnica de terciopelo bordada en hilo de oro con larga cola. Los campanilleros van junto al Hermano Mayor y su misión es tocar unas campanitas avisando de que el trono va a comenzar a andar o de que ya lo está haciendo.

Es precisamente esta figura la que aparece en este monumento situado en la Plaza de San Agustín e inaugurado el 11 de abril de 2014. Su autor es el escultor zamorano residente en Antequera, Pedro Fernández Roelas.

La escultura de  bronce  representa a un "hermanaco" junto a un campanillero de lujo y preside un punto céntrico de la ciudad por el que discurren durante la Semana Santa todas las hermandades antequeranas.