La obra presenta un busto en bronce del maestro taramundés Manuel Lombardero y se sustenta sobre un pedestal de piedra. Se realizó en 1951.

Manuel Lombardero Arruñada (1852-1919)  fue docente durante más de 40 años en la villa. Su importante labor educativa fue reconocida por el monarca Alfonso XIII cuando le nombra Caballero de la Orden Civil de Alfonso XII en 1912, distinción que le incluye en el listado de los más insignes docentes de la historia de España.

En 1949, al cumplirse el 30 aniversario de su muerte, los antiguos alumnos del centro taramundés de La Habana deciden honrar la memoria de su maestro mediante la colocación de una escultura en su villa natal. De esta manera quisieron reconocer su gran labor educativa y el compromiso que siempre mostró con todo el alumnado.

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