Si hay algún monumento que me impactó en mi viaje a la Viena Imperial fue éste dedicado a Maria Teresa de Austria. No podía por menos que incluirlo en este catálogo de arte público mundial y compartirlo  para que todos pudiéramos contemplarlo.

La Plaza de Maria Teresa o Maria-Theresien-Platz se sitúa frente a la Burgborg. Es una amplia plaza presidida por el monumento a María Teresa de Austria; a ambos lados de la plaza se encuentran  el Museo de Historia del Arte y el Museo de Historia Natural, ambos de finales del XIX,  de estilo neorenacentista y simétricos en su fachada exterior. La impresionante obra fue realizada por  Zumbusch en 1887.

El monumento, compuesto de varias figuras, está presidido en  lo alto por la figura sedente de la emperatriz. Maria Teresa lleva diadema y no corona, porque nunca fue coronada. En la mano izquierda sujeta el cetro y la Pragmática Sanción  proclamada por su padre Carlos VI en 1713 para abolir la Ley Sálica que prohibía reinar a las mujeres y que produjo algunas guerras de sucesión.

La emperatriz se halla rodeada por generales a caballo, alegorías a la Sabiduría, la Fuerza, la Justicia y la Compasión (todas ellas cualidades atribuidas a Maria Teresa), y por varios paneles con personajes de la época (el canciller Kaunitz, Gluck, Haydin...).

Entre todos los personajes destaca uno de ellos, un Mozart niño, ya que con seis años tocó el piano para ella en una sala del palacio de Schönbrunn, y Maria Teresa lo llegó a sentar sobre sus rodillas. Una curiosidad es que cuando Mozart era pequeño quería casarse con una hija de la emperatriz, Maria Antonieta, la tan famosa guillotinada posteriormente durante la Revolución Francesa

Agradecimientos: