CONCIENCIA T

Garachico ( Tenerife) (Canarias)

 

 

Comentario de la obra: 

El herrero Moisés Afonso lleva trabajando desde el año 2016  con su proyecto Conciencia T, una idea de su hija Nerea para ayudar a los demás.

Nerea tiene 8 años, una intolerancia severa a la proteína de la leche de vaca, que ya le ha dado varios sustos, y quiere ayudar a los demás de la misma manera que sus compañeros y amigos la ayudan a ella. Pensando en los niños que no pueden comprar muletas, sillas de ruedas o medicamentos, “que también salen caros”, dibujó un pequeño corazón y un día le pidió a su papá, el herrero icodense Moisés Afonso, que fabricara uno igual para poner las tapas de plástico.

 Así nació hace un año Conciencia T, un proyecto solidario que ya ha recalado en cuatro municipios de la provincia de Santa Cruz de Tenerife y que el artesano y fundador de la primera Escuela de Herreros de Canarias intenta mover a la Península.El primero que fabricó fue donado por la familia a su municipio natal, Icod de los Vinos El resto fueron encargos de los ayuntamientos. Dos de ellos fueron a parar a Breña Baja, en La Palma, y el último, a Santa Úrsula, donde se colocó el mes pasado. Esta semana comienza uno en La Guancha, que será un corazón “algo diferente”, adelanta, y le sigue otro en Garachico que es el que vemos en las imágenes.

Moisés fabrica sus esculturas con acero corten, un material que ,según pasa el tiempo, se vuelve homogéneo y tiende a oxidarse y a verse más bonito. En cada unidad emplea cinco días y no hay una igual que otra. El que instaló, en Santa Úrsula, mide 2,30 por 1,60 metros y pesa 310 kilos. Los traslada con grúas y él mismo los ancla al suelo con tacos de hierro. Además, participa en la elección del lugar, un aspecto que considera fundamental para animar a la gente a participar y ayudar. Por eso todos están ubicados en sitios estratégicos de cada localidad, cerca de los ayuntamientos y plazas principales, para que sean visibles.

En cada uno de ellos caben unos 200 kilos de plástico y además de su nombre se puede leer: “El corazón es símbolo de bondad y solidaridad. Cuando eres artista tienes dos manos, una para ayudarte a ti y otra para ayudar a los demás”. Ese es su lema de vida.

El coste es el mismo para todos, 1.690 euros, la cantidad que le cuesta el material y lo que corresponde a la mano de obra, ya que no pretende tener beneficios ni ganar dinero, sino colaborar con los demás, que es lo que se propuso Nerea.

La pequeña también participa a su manera en el proceso de fabricación. Fue ella quien le sirvió de modelo para determinar la altura idónea de las aberturas que están a ambos costados a efectos de permitir que un niño pueda introducir las tapas. Estas bocas hacen que sea asimétrico y que a medida que se llena de plástico siempre se vea un corazón dentro.

Aunque no sabe explicar por qué lo dibujó así, es indudable que el hierro está en la sangre de la hija de Moisés Afonso. Confeccionar la redecilla de acero requiere de un trabajo intenso, milimétrico, e imprescindible para que los tapones no se “escapen”.

 

Agradecimientos:

-  El agradecimiento es  para mi amigo  Eduardo Guillén   que me envió  las imágenes  de la obra.