MONUMENTO A LA TRASHUMANCIA

 Segovia (Castilla-León)

 

 

Comentario de la obra: 

El “Monumento a la Trashumancia” es un conjunto de figuras en bronce, que representan al pastor con su mastín y sus ovejas,  realizadas por el escultor burgalés José Antonio Abella en el año 2000. La obra se localiza  en la denominada “rotonda del pastor”, en la dehesa del Alto Clamores (Avenida Gerardo Diego) en la salida de Segovia hacia Madrid.

El grupo escultórico, conmemora la admiración, el respeto y el agradecimiento hacia una labor abnegada y difícil, la del pastor trashumante, que llevaba sus rebaños desde Segovia a las lejanas tierras de Extremadura y que gracias al mercado de la lana y la carne, hizo florecer la economía segoviana en los siglos XVI y XVII.

En la inauguración de la obra , el escultor aseguró que “la historia está mal escrita” porque “siempre se acuerda de reyes, conquistadores o generales (...) en todas las ciudades hay monumentos a grandes "canallas", pero es raro verlos dedicados a gentes sencillas, pero no por ello menos poderosas, como los pastores”.

Abella defendió las grandes dimensiones del grupo escultórico, de casi cuatro metros de altura, que representa la figura de un pastor, sus ovejas y un mastín, en la fuerza de unos hombres que “estaban seis meses fuera de su casa, viviendo en condiciones penosas, a la intemperie en muchos casos, para traer un dinero que les permitiera subsistir, un esfuerzo que hizo posible la ciudad que ahora estamos viendo”. Igualmente recordó que “Segovia es hija de los pastores y las ovejas
 

El director de la Real Academia de Historia y Arte de San Quirce, Manuel González Herrero, comparó el monumento a un “sacramento”, “el signo sensible de una cultura que precisamente es la nuestra, la de la trashumancia, y por eso debemos respetarle e incluso venerarle” aunque
echó en falta en el monumento la presencia de una figura: la mujer del pastor. “Quedaba en la aldea, sola y callada, atendiendo a la prole, labrando las cuatro tierras y el pequeño ganado estante, mientras tanto, muy lejos, el pastor, dormía en el chozo, añorando su compañía”.

 

Agradecimientos:

- A mi compañera de colegio Rosa Guardia por haberme remitido las imágenes de la obra.