La obra se encuentra en la Plaza de San Pablo, fue realizada por el escultor madrileño  Oscar Alvariño e inaugurada el 14 de marzo de 2008.

Este monumento denominado también como “La llamada de los hermanos cofrades y el toque del Tararú” , y realizado en bronce, está formado por dos figuras que representan la llamada de hermanos y el toque del "Tararú". Los personajes miden 2,40 metros y se sitúan sobre una base de piedra.

El autor explicó en la inauguración de la obra que quiso humanizar la pose realizando un  movimiento entre las figuras y la posición de las manos, cabeza y cuello (contó con su madre como modelo). Respecto a la colocación, se optó por un criterio estético, para que las figuras no dieran la espalda a la calle en cada sentido. La escultura contó con un presupuesto de 60.000 euros.

El tararú hace referencia a un instrumento de viento utilizado en las procesiones así como a la persona que lo toca y el sonido que produce. Básicamente el tararú es una corneta alargada que puede alcanzar longitudes considerables (de más de un metro) que recuerda en cierta forma a la imagen tradicional de una trompeta  romana o medieval: una embocadura, un cuerpo largo, recto y muy delgado y un pabellón pequeño.

El tararú (fabricado en metal) suele llevar colgado un paño decorado y bordado con los emblemas de la cofradía a la que pertenece.