Niño y lagartija o Lagartija - es una escultura  de carácter realista, obra del escultor Francisco López Hernández, que se encuentra expuesta en la plaza de la Villa e inaugurada con motivo de la Fiesta Mayor en el año 1994.

La obra, en bronce y a tamaño natural, muestra  con gran realismo a un niño sentado, a tamaño natural , que observa, entre curioso y fascinado, una pequeña lagartija que hay delante suyo. El niño está descalzo, con los pies cruzados y viste únicamente un pantalón corto. Asoma a un nuevo mundo para él: la naturaleza.

Lo que realmente destaca  de esta obra es el realismo del conjunto y sobre todo los valores que simboliza: La inocencia de la infancia, la curiosidad por el mundo natural y, por encima de todo, el amor y el respeto por la naturaleza. El escultor  ha dedicado muchos años de su vida al estudio de la interrelación de las obras escultóricas con la arquitectura y los planes urbanísticos. "Niño con lagartija", se enmarca dentro del estilo del autor, con una gran capacidad de conmover, mostrando escenas cotidianas de gran ternura y veracidad.

La escultura fue encargada por el Ayuntamiento de El Prat para culminar el proceso de remodelación de una parte importante del casco antiguo de El Prat, que afectó las calles de Ferran Puig y Jaume Casanovas, la avenida de Josep Anselm Clavé y la misma plaza de la Villa.