Una figura típica cinctorrana ha sido “el faixero”, el vendedor de fajas que viajaba por toda la península con las fajas al cuello, en carro o en bicicleta. Estas fajas las tejían las mujeres en los telares de madera que estaban presentes en todas las casas. Los cinctorranos han sido nombrados en muchos lugares como “faixeros”.

En honor a él y en representación del trabajo de Cinctorres, del cinctorrano que se va pero siempre vuelve al pueblo, el Ayuntamiento erigió una escultura  del Faixero, inaugurada el 31 de agosto de 2006.

En el pedestal puede leerse en catalán la siguiente leyenda:

"Portes al muscle un fardell de faixes molt ben lligades. Fas camí pel camí vell, per muntanyes y canades. ¡El faixero! es el teu crit a les places y als carrers, mentre sonen al teu pit els tric-catrac del telers que, als obradors de Cinctorres, omplen el día y la nit. Tots els pobles que recorres, vila gran o lloc petit, senten la veu del teu crit: ¡El faixero de Cinctorres! "

"Llevas al hombro un fardo de fajas muy bien atadas. Haces camino por el camino viejo, por montañas y cañadas. ¡El Faixero! es tu grito en las plazas y en las calles, mientras suenan en tu pecho los trico-catrac del telares que, en los obradores de Cinctorres, llenan el día y la noche. Todos los pueblos que recorres, ciudad grande o lugar pequeño, sienten la voz de tu grito: ¡El Faixero de Cinctorres!"