La obra se encuentra en la escalinata de acceso a la Universidad de La Habana y se inspira en una mujer que deslumbró al escultor.

Esta madre bondadosa que recibe con los brazos abiertos a todos los hijos que deciden ligar su suerte a los vetustos edificios que conforman el campus universitario, fue Feliciana Villalón Wilson, familiarmente llamada Chana.

En 1919 un escultor checo radicado en La Habana, de nombre Mario Joseph Korbel (Osek, 1882-Estados Unidos, 1956), se propuso realizar un Alma Mater que sería colocada en la colina universitaria. Esta simbolizaría a Palas Atenea o a Minerva, diosas de la sabiduría en la mitología griega y romana, respectivamente. El tiempo apremiaba y necesitaba el rostro indicado para poder comenzar su obra. A sus oídos llegaron los comentarios sobre unas hermanas de apellido Villalón, renombradas en la sociedad habanera de la época por su impresionante belleza. No lo pensó dos veces y partió inmediatamente tras ellas.

Al escultor le hablan de  Carmen, que era la más bella de las tres hermanas pero al llegar a casa queda deslumbrado por Chana y abandona la propuesta inicial porque consideraba que tenía un rostro más maternal. Chana sólo contaba con 16 años de edad.y para esculpirla  tomaría el rostro, la cabeza y el cuello. Para el resto del cuerpo de la escultura posó otra criolla mestiza de más edad, que no ha sido posible identificar».

La locución latina de Alma Mater se aplica a las universidades, pues la Madre Nutricia tiene la misión de inculcar los saberes, cultura y espíritu profesional que necesitan los estudiantes.

Agradecimientos:

- A mis "cuñaos" Manolo y Goy que me enviaron las imágenes de la capital cubana en un merecido viaje que realizaron a la isla.