En un pequeño parque situado a la entrada de la Plaza de Armas se encuentra un monumento erigido por los Rotarios (organización mundial de voluntarios que prestan servicio humanitario), como homenaje a los marinos cubanos muertos durante la II Guerra Mundial.

Tallado sobre piedra  con altorrelieves en bronce, las dos caras del obelisco son distintas: la frontal resulta una recreación simbólica de las víctimas, con elementos humanos y marinos; el reverso, de geometría más precisa, es el busto de una especie de Niké o victoria alada que representa a la patria de luto. Fueron 78 cubanos que murieron luego del hundimiento de varios barcos de vapor entre los años 1942 y 1944.

En la placa  que acompaña al monumento están relacionados todos los nombres.
El monumento fue creado en 1952, pocos años después de los sucesos y el autor es Arnold Serrú.

Agradecimientos:

- A mis "cuñaos" Manolo y Goy que me enviaron las imágenes de la capital cubana en un merecido viaje que realizaron a la isla.