Antes de retirarse de Budapest los nazis volaron todos los puentes de la época del Imperio austrohúngaro. Afortunadamente después de la guerra se reconstruyeron reproduciendo fielmente los originales.

Precisamente para recordar la barbarie que tuvo lugar en la ciudad durante la segunda guerra mundial, se montó una instalación artística al borde del Danubio. En algún punto de la orilla, una larga hilera de 60 zapatos sorprende al visitante, como si algunas personas los hubiesen dejado allí y se hubiesen lanzado al río a darse un chapuzón.

En dicho punto, los judíos eran atados en parejas, y tras disparar a uno de ellos, eran arrojados al Danubio (para ahorrarse balas, decían). Antes de eso, les quitaban los zapatos que, al parecer, era una posesión interesante puesto que era un bien escaso y caro. La hilera de zapatos, de hierro fundido, pretende recordar a aquellas personas, como si no hubiesen desaparecido, como si sus zapatos estuviesen aún esperando a que sus dueños saliesen del agua. Se encuentran frente a la cúpula principal de Parlamento, a orillas del río.

Los escultores crearon en hierro sesenta pares de zapatos del estilo de esa época. Los zapatos están adheridos al terraplén de piedra y detrás de ellos hay un banco de piedra de 40 m. de largo y 70 cm de alto.

En tres lugares hay placas de hierro en húngaro, inglés y hebreo con el siguiente texto:

“A la memoria de las víctimas asesinadas y arrojadas al Danubio por las milicias del partido nazi húngaro en 1944-45. Erigido el 16 de abril del 2005”

La obra está ubicada en el lado oeste del Paseo del Danubio a unos 300 m. del Parlamento húngaro y cerca de la Academia Húngara de Ciencias. Los escultores que la realizaron fueron Gyula Pauer y Can Togay.

Gyula Pauernació el 28 de febrero de 1941 en Budapest. Es un artista húngaro que se ha dedicado a la realizaciones de performance, también a la de pintor y escultor así como actor y director de cine. Can Togay , también nació en Budapest, el 27 de agosto de 1955. De padres turcos, vivió un tiempo en Alemania. Trabaja en Hungría como director de cine, guionista, actor, poeta y diplomático cultural.

Hoy en día la instalación es un símbolo para la ciudad y la gente pone en los zapatos cirios y flores para recordar los judíos fallecidos.

Agradecimientos:

- A mi colaborador habitual en la web Fernando Fernández por aportarme las imágenes y el texto de obra tan interesante