En 1922, la ciudad de Turín decidió encargar la construcción de un monumento a los Caballeros de Italia  en memoria y honor de los soldados  cuyo valor más  ha brillado en las campañas de la guerra de la independencia y la unificación de Italia.

La tarea fue encomendada al escultor  Pietro Canonica, que creó una obra que destaca por su tamaño y por su detallismo. La escultura, de bronce,  fue realizada  en 1923 y colocada en su actual emplazamiento, en la Piazza Castello, en 1937.

La estatua ecuestre  rinde homenaje a  la caballería italiana representada por un soldado anónimo entre   los valientes soldados que montan a  caballo. El soldado lleva en una mano las riendas del caballo y en la otra un estandarte.

En las patas del animal descansan unas armas semienterradas en el suelo o entre las hojas simbolizando el fin del conflicto armado. El caballo, así como el caballero miran hacia lo alto, hacia un futuro que han trazado juntos.

Agradecimientos:

- A Juan José Lop Rocafull por haberme traído estas imágenes.