La obra se localiza en el Paseo de Recoletos  frente al café Gijón y fue realizada por el artista brasileño  Bel Borda. Se instaló el 13 de mayo de 2019.

La escultura rinde homenaje permanente y muestra respeto y apoyo al drama humano de las personas huidas de sus países de origen, en busca de refugio. Para la concepción del monumento tuvo especialmente en cuenta que los refugiados se identificaran ellos a sí mismos con un chaleco salvavidas. De esta manera pretende ser  un homenaje permanente para que nunca más vuelva a pasar, para que en la medida de lo posible nunca vuelva a haber más personas muertas en este tipo de situaciones.

La escultura de bronce de tres metros de altura  está compuesta por 16 figuras humanas sentadas sobre un pedestal de hormigón armado manchado de granito. Tiene un peso total de 960 kilogramos. Los protagonistas son los migrantes, sentados esperando la ayuda, todos con chalecos salvavidas. Hay personas de todas las edades, incluso bebés acunados en los brazos de sus madres.

La obra  fue presentada  de forma efímera en la Bienal de Escultura del Lago Leman, Montreaux-Suiza y en su manifiesto bajo el lema “Iremos todos a Marte” describe el reconocimiento de la realidad migratoria.