LUIS NOVAL
Madrid (Madrid)
Comentario de la obra:
La obra se encuentra en la plaza de Oriente, en los Jardines del Cabo Noval y fue inaugurado en 1912. Su autor fue el reconocido escultor valenciano Mariano Benlliure. La escultura homenajea al cabo Noval, muerto en la guerra de África en 1909 por avisar a sus compañeros de la inminencia de una emboscada enemiga. Su precio fue costeado mediante suscripción popular gracias al impulso de una serie de mujeres. La reina Victoria Eugenia estaba a la cabeza de las benefactoras, cuyos nombres se hallan grabados en la parte posterior. En la base del monumento puede leerse la siguiente inscripción:
Iniciado por El conjunto representa a Luis Noval marchando con su fusil al hombro. A su espalda ondea una bandera sostenida por una mujer. Tiene un aire marcial y disciplinado, y en su rostro se distingue la juventud de su corta edad. En el pedestal se representa una escena bélica con figuras talladas en piedra. A pesar del deterioro de figuras raspadas y cabezas cortadas, y con un poco de imaginación, puede apreciarse la furia de los asaltantes y la muerte del cabo Noval. Luis Noval Ferrao nació en Oviedo en 1887. Con veintiún años ingresó a filas y días más tarde fue enviado a Melilla donde tomó parte en varias batallas. Durante la defensa de el Had de Beni Sicar fue tomado preso por los rifeños y obligado a conducirles a la entrada del campamento español. El Diario Oficial del Ministerio de la Guerra de 20 de febrero de 1910 contaba la heroicidad del militar : “…siendo atacados los centinelas por numerosos enemigos que les obligaron a retirarse hacia las posiciones fortificadas, hízolo el cabo Noval, defendiéndose de un grupo hasta llegar junto a una de las alambradas, donde encontró otro numeroso grupo de moros que diciendo ser españoles habían conseguido suspendieran el fuego las fuerzas que defendían las posiciones; resultando que en aquel momento el cabo Noval gritó para advertir que eran enemigos los que se acercaban y excitó a los nuestros para que dispararan, como así lo hicieron, encontrándose al amanecer su cadáver con el fusil fuertemente sujeto entre sus brazos, el cuchillo-bayoneta ensangrentado y junto a él los cadáveres de dos moros.” El hecho fue considerado como heroico según la normativa vigente, por lo que el rey le concedió “la cruz de segunda clase de la Orden Militar de San Fernando, con la pensión anual de 400 pesetas que percibirán los individuos de su familia que a ella tengan derecho”.
Agradecimientos: - Para mi compañera Carmina Forcano que me envió las imágenes de la obra.
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