Una de las consecuencias más dramáticas  del golpe militar de 1936 fueron las más de  1.300 personas  que dejaron atrás sus vidas y bienes para huir de la violencia franquista, pasando la mayoría por los campos de concentración del sur del Estado francés, como Gurs, .

El memorial ubicado en Elizondo homenajea también a todas las personas que, con riesgo de su seguridad, participaron en las redes de solidaridad y ayudaron a cruzar la frontera a quienes huían.

La  escultura ‘Babesaren muga-La frontera del refugio’ es  obra  de Mikel Iriarte, sugiere que la persona exiliada ha sido acogida en un territorio lejos de su origen y reconoce a quienes ofrecieron protección y refugio, con una referencia a través del número 117 al mojón fronterizo del collado de Berdaitz, uno de los pasos más utilizados.