Comentario de la obra:   

La obra se localiza en el Parque Público de la ciudad y fue realizada en 1988 por  Iñaki Ruiz de Eguino

La escultura está realizada en acero pintado plata gris y tiene un peso de 14.000 kilogramos.

Según el escultor :

“Loa a la paz y la palabra”, evoca el “silencio” de la paz interior. Sonido primigenio y último de la palabra cuya máxima expresión es el “silencio”. Silencio convertido en canto. Se trata de un encargo, en memoria de las víctimas de la violencia humana. Un hito para el hombre sin paz interior, que enfebrecido, obnubilado por un egoísmo en su máxima expresión, llega a no respetar la vida de su prójimo y destruye la paz.

Es la violencia insolente que, rasgando el silencio causa el grito ulterior. Sólo queda la palabra. Silencio, que nos hace impotentes ante un hecho que instantáneamente deviene en pasado.

 La escultura vista frontalmente contiene un gran plano (cual muro de conciencia), con una apertura estrecha perfilando verticalmente dicho plano. Escultura, orientada de este a oeste, hace posible que al amanecer el sol traspase la pieza transitoriamente con su haz de luz, señalando efímeramente la fragilidad vital. Este hecho vuelve a manifestarse al atardecer, cuando desde el oeste el sol advierte de su ocaso

Ese gran plano ésta articulado a otro de menor volumetría que lo secciona creando un ángulo de 90º. Es el ángulo de una supuesta habitación. Rincón de recogimiento

Si nos situamos en este punto observamos nuestra dimensión circunstancial frente a las medidas del espacio engendrado por la pieza, que nos reta al reconocimiento de nuestra “menudencia”, frente a la vida.

Agradecimientos: