PAVIMENTADORES
Lisboa (Portugal)
Comentario de la obra:
Arrodillados en la acera y armados con un martillo, los "calceteiros" han sido los encargados de construir piedra a piedra el camino de Portugal desde mediados del siglo XIX bajo el anonimato de un oficio que está considerado un arte. La calzada lusa, como se conoce a este tipo de adoquinado, está formada por piedras de forma irregular de caliza, generalmente de color blanco con detalles en negro, y es una de las indiscutibles señas de identidad de los paisajes urbanos de Portugal.La calzada tal y como se conoce ahora es una creación relativamente reciente: nació en 1842, cuando el gobernador de armas del lisboeta Castillo de San Jorge pidió que se pavimentase una parte del cuartel con un diseño de piedras blancas y negras muy similar al que hoy se puede ver en la céntrica plaza de Rossio. Aquella primera obra fue realizada por los reclusos que estaban apresados en la fortaleza, que se convirtieron involuntariamente en los primeros "calceteiros" de la historia y en precursores de un arte que se extendió por todo el país. Ahora, la calzada portuguesa no es sólo una forma de pavimentar calles, plazas y espacios públicos, también es vista como una oportunidad de mejorar la estética urbana de las ciudades y dotarlas de mayor claridad, gracias a su capacidad para reflejar con fuerza la luz del sol. Los diseños van desde simples patrones geométricos hasta trabajos más sofisticados como el retrato de la "reina" del fado, Amália Rodrigues, que el artista luso Vhils firmó el año pasado en el tradicional barrio de Alfama, en Lisboa. La mayoría de los "calceteiros" que forman parte de la brigada del Ayuntamiento de Lisboa tienen más de 45 años y con los años su tamaño ha ido disminuyendo: hace casi un siglo aglutinaba a centenares de trabajadores y hoy en día apenas cuenta con 18 empleados. En la capital portuguesa las calzadas más espectaculares son las de las plazas del Rossio y del Imperio, las de la avenida de la Libertad y las flores de la calle Lopes de Mendoça. Esta obra , localizada en la Plaça dos Restauradores, es un homenaje a este oficio tradicional y fue realizada por Sergio Stichini en el año 2017. Se compone de dos esculturas en bronce (una de ellas agachada ) trabajando en la calle junto a un pavimento blanco y negro.
Agradecimientos: - Esta vez el agradecimiento es para Javier Ruiz que me ha traído las imágenes de esta obra tan interesante y curiosa.
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