Las columnas de la peste de esta ciudad y otras que he encontrado en mi viaje centroeuropeo  se erigieron en el siglo XVIII  tras padecer la peste bubónica , enfermedad contagiosa muy común a causa de las condiciones insalubres de la gente en esta época y que se cobró miles de vidas.

El fin de este tipo de esculturas era la de dar gracias a la Virgen, a la que se encomendaban en los momentos de gran enfermedad, por detener la peste. Normalmente la erigían los monarcas, pero curiosamente con el dinero obtenido por suscripción popular.

Normalmente el conjunto lo componen un pilar sobre el que se coloca la estatua de la Virgen, escoltada por varios santos, como Carlos Borromeo, que es patrón exclusivo y único de la peste bubónica.

La columna de Karlovy Vary, una de las más espectaculares que visité por la profusión y detallismo de sus figuras, se levantó en 1716 tras una gran epidemia que azotó la ciudad y está situada junto a uno de sus más conocidos balnearios.

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