JUAN XXIII

Estambul (Turquía)

 

 

Comentario de la obra: 

No es baladí la elección de esta obra para inaugurar la escultura urbana en Turquía. En un país donde el 99% de la población es musulmana y donde sus grandes edificios religiosos  más representativos sean las mezquitas (espectaculares las que conozco, de Estambul) es curioso encontrar una iglesia cristiana con una escultura en su entrada.

La obra representa al Papa Juan XXIII y se halla en la zona de Taksim, en la Istiklal caddesi             a la entrada de la iglesia católica de San Antonio de Padua. Curiosamente, en esa zona, pocos metros más arriba se encuentra también una iglesia de rito ortodoxo.

En la escultura , en bronce,  el Papa  se presenta de figura entera  vestido con túnica papal con una paloma en sus mano derecha y sonrisa amable y beatífica.

Una placa incrustada en la roca que hace de pedestal señala en varios idiomas (italiano, turco, inglés, francés) : “Al Papa Juan XXIII amigo del pueblo turco. En el centenario de la Basílica de San Antonio de Padua.1-12-2006

La relación del cardenal Roncalli (futuro Papa Juan XXIII) con la capital otomana arranca en 1934. En ese año el Vaticano envió a Roncalli a Estambul como delegado apostólico de Turquía y Grecia. Aunque no tenía ningún acercamiento diplomático con el gobierno secular de Turquía, Roncalli desarrolló relaciones cordiales con diplomáticos y oficiales siendo el único representante del Vaticano. Estos contactos resultaron vitales cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial, entonces la neutralidad de Estambul se convirtió en un nido de intriga diplomática y espionaje. Su intervención fue indispensable para socorrer a los judíos ante la persecución nazi.

Su lugar de residencia, hasta 1937, sería Estambul, y posteriormente, Atenas. En esta última ciudad pasaría la mayor parte de la segunda guerra mundial, donde con ayuda de la Santa Sede y en contacto estrecho con la Iglesia Ortodoxa, se dispuso a prestar una significativa ayuda a la población nativa.

 Aquellos años vividos en el Cercano Oriente le permitieron tener significativos contactos con miembros de las Iglesias Orientales, contactos que sin duda hicieron más cercanas las relaciones con la Sede de Pedro. Su fructífera labor en Estambul hizo que Pío XII le enviase como Nuncio a Francia, en diciembre de 1944. Sus denodados esfuerzos por apoyar al episcopado local le permitieron a la vez desarrollar nuevos métodos pastorales. Como Nuncio intercedió para que los prisioneros de guerra recibiesen un trato digno.

 

Agradecimientos: