ÁNGEL DE LA CIUDAD
Autor:
Pablo Serrano
Año:
1965
Localización: Plaza del Pilar
Materiales:
Piedra
(pedestal) Bronce (escultura)
Otros Datos:
Las esculturas "San Valero" y el "Ángel de la ciudad" flanquean el acceso al Ayuntamiento de Zaragoza desde el año 1965 y son obra del escultor turolense Pablo Serrano. Fueron realizadas por encargo del municipio en 1964 tras finalizar las obras del edificio y se pensó en San Jorge y el Ángel Custodio. Se contactó con Pablo Serrano y se le planteó la posibilidad de crear las dos estatuas en piedra así como un grupo escultórico con el escudo de la ciudad y dos angelotes bajo el reloj. El escultor estuvo encantando con el encargo desde un primer momento pero sugirió cambiar la piedra por el bronce puesto que la piedra era más difícil de conservar y más fácil de romper, y que el bronce daría más sobriedad a la fachada. Al poco tiempo, el 10 de julio de 1964, el escultor recibió de forma oficial el encargo pero San Jorge se sustituía por San Valero, patrón de la ciudad y las medidas de las obras aumentaron .Tras preparar el boceto, el alcalde Gómez Laguna le sugería que la mano derecha del San Valero estuviera en pose de bendecir. El precio inicial, fijado en 656.000 pesetas no tardó en subir debido al volumen de las figuras y el aumento del precio del bronce, por lo que pronto se alcanzó la cifra de 985.000 pesetas. Hay que tener en cuenta que la figura de San Valero mide 4,50 metros de altura y que hubo que aumentar el tamaño del Ángel para que el peso que sujeta en sus manos (la ciudad) no le venciera. San Valero se instaló el 23 de junio de 1965 pero la estatua del Ángel se retrasó unos días; el escultor solicitó un aumento de 85.000 pesetas por cuestiones urbanísticas y el monto total ascendió a 1.057.750 pesetas. Ambas obras están trabajadas con sentido de fuerte plasticidad que llega a descomponer los cuerpos de ambas figuras en un juego de profundas oquedades y bloques sólidos simbolizando la relevancia espiritual de los personajes representados. Pablo Serrano realiza un sutil trabajo en los rostros. El Ángel, con gesto amparador sostiene entre sus manos el trazado de la ciudad cuya guarda le ha sido encomendada y su rostro es un prodigio de ternura. El especialista Wilfredo Rincón dice que " se trata de un ángel cercano, un ángel que se puede personificar en cada uno de los zaragozanos que con su trabajo constante, a lo largo de los siglos, han definido la ciudad en sus mejores y peores momentos, en tiempos de paz y de guerra, de gloria y de decadencia" Mientras, el rostro del obispo Valero refleja todo el vigor de un alma en tensión, posee una gran fuerza expresiva tanto en el rostro como en las manos e incorpora el vacío al resultado plástico final, tal como ensayaran los cubistas.
Fuentes informativas:
- ORDOÑEZ FERNÁNDEZ, Rafael "Pablo Serrano, vida y obra", Los libros del El Día (nº 34) Zaragoza, 1986 - ABAD ROMEU , Inventario de Bienes Histórico-Artísticos del Ayuntamiento de Zaragoza , Zaragoza, 1995 pág. 523 - EL PERIODICO "San Valero y el Ángel, los custodios" El Periódico de Aragón, 12 de octubre de 2015
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